ENTREVISTA MATEO SALVATTO: “ME DA BRONCA CUANDO EN LA REDES SE PONEN A BARDEAR A LOS EMPRESARIOS”
El joven emprendedor critica al sector público por el fracaso económico pero también pone el foco en la diferencia entre los “clásicos” y modernos del empresariado privado. En qué “futuro unicornio” está invirtiendo hoy.

Dice que está muy “concentrado” en hacer crecer su proyecto Háblalo, que empezó hace 5 años y que en 2020 estuvo a punto de fundirse. Desde su monoambiente de Belgrano, en el que recibió a Noticias Argentinas, Mateo Salvatto, emprendedor tecnológico de apenas 23 años, declara que tiene “un grave problema” para quedarse quieto y que tiene en vista más productos e inversiones.
Es CEO de su propio empresa Asteroid, ya tiene un libro en su haber llamado “La batalla del futuro” (es en coautoría con su hermano Augusto) y una faceta de divulgador y docente en la ORT, donde estudió y da clases para los que quieren aprender a emprender.
Fue campeón nacional de internacional de robótica deportiva, está muy empapado con todo lo que tiene que ver con inteligencia artificial, pero no le escapa a opinar y discutir de política, economía, finanzas y la caída de las criptomonedas. Muchas veces, dice, lo “matan” en las redes, pero sabe las reglas del juego y enfrenta las críticas que cosecha con sus comentarios “sin filtro”.
Si bien remarca que “el sector público es una cosa que deja mucho que desear” y que le da “tristeza” que se administre mal la riqueza, también tira dardos al sector privado.
Sostiene que hay un “contraste muy grande” en el empresariado local: de un lado, la visión moderna, encarnada por emprendedores –más ligados a los tecnológico-, con mirada colaborativa. En el otro bando: los “clásicos”, que cuidan “su propio metro cuadrado” y viven de la queja, aunque a veces eso es “entendible”.
-¿Cómo ves hoy el estado del emprendedorismo en una Argentina siempre complicada en lo económico?
-Cada vez me meto más hondo en lo que tiene que ver con el sector privado de la Argentina y el emprendedorismo. El estado actual tiene una dualidad medio extraña. Como todo en la Argentina, está súper dividido.
-¿Qué dualidades ves dentro del sector privado?
-Yo creo que tenemos un sector privado muy de vanguardia, muy preparado, con muchas ganas de cambiar las cosas, con mucha proyección de futuro, mucha apuesta por la Argentina. Muy convencido de que es por acá, por el lado de la tecnología y demás, pero siempre, como todo en la vida, yo siento que los argentinos nos vamos mucho a los extremos todo el tiempo y siempre.
Las respuestas siempre están en los puntos medios. Y con el sector privado pasa exactamente lo mismo.
-Profundizá esa idea…
-Uno creería que yo voy a defender a muerte al sector privado. Como que sería la lógica de la argentinidad, digamos. Y no. Tiene sus cosas raras, también.
Una persona muy inteligente una vez me dijo una frase que a mí me quedó muy grabada: tu metro cuadrado vale por donde está. ¿Qué significa? Que si vivís en el edificio más lindo del mundo y alrededor es un desastre, no sirve. Tu metro cuadrado no va a valer nada, aunque tu edificio sea muy lindo.
Esto es lo mismo. Y hay muchos que lo entienden de esa manera. Pero hay muchos que no.
En el sector privado pasa lo mismo. Uno sigue sufriendo del problema, que creo que es muy argentino. Eso de cuidar cada uno su propia quinta.
-¿Cómo se plasma esa división en el empresariado?
-En el sector privado hay un contraste muy grande entre el sector de las start ups y el emprendedorismo, que es por naturaleza muy colaborativo, y el sector del empresariado más clásico. No lo estoy criticando, para nada, porque han construido cosas muy grosas también muchos de ellos. Pero viste como que esa cultura de la colaboración choca un poco entre esos dos mundos. Los más clásicos por ahí son más cerrados, menos colaborativos.
Pero es muy loco, porque muchos de estas nuevas start ups que están fundadas por pibes, de repente tienen una gran facturación y están a la altura de esos “clásicos”. A veces chocan culturas. Pero bueno, yo creo que pasa en todos lados.