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FELICITAS TIENE 9 AÑOS, JUEGA EN RIVER Y SUEÑA CON LA SELECCIÓN:”OJALÁ QUE MÁS NENAS SE ANIMEN A JUGAR PORQUE EL FÚTBOL ES DE TODOS”

“Lo que más me gusta del fútbol es divertirme, hacerme de un montón de amigas y amigos. Y jugando lo que más me gusta es gambetear, dar asistencias y tirar caños”, cuenta Felicitas Flores Mussi, con tanta seguridad como ternura. Feli tiene 9 años, va a 4° grado de una escuela de Berazategui, donde vive con sus padres y su hermano, y juega al fútbol desde que aprendió a caminar. Hoy viste la camiseta de River Plate y su ídolo es Lionel Messi, a quien le dedica todo el tiempo videos en sus redes sociales. Paradójicamente ya logró superarlo en un récord: el año pasado firmó un contrato por tres años con la empresa de indumentaria deportiva Nike pata formar parte de su grupo de atletas, mientras que el capitán de la Selección Argentina lo había conseguido recién a sus 13 años.

“Feli arrancó a jugar a los 2 años a partir de acompañar a Fede, su hermano mayor, que tiene 12. Él también juega desde los 3 en una escuelita del barrio, y Feli apenas empezó a caminar se enganchaba. Y así empezaron juntos acá en casa con la pelota. A los 4 años ya le pegaba con las dos piernas ”, recuerda su papá, Maximiliano Flores, quien aclara que si bien él suele enseñarle algunas técnicas, las cualidades de su hija son innatas.

Toda la familia comparte el amor y la pasión por el fútbol, y por eso hace unos años la niña empezó a entrenar con varones en el Club de Ezpeleta donde estaba jugando su hermano, que también es goleador en su categoría de infantiles. “Yo creo que las nenas tranquilamente pueden jugar con varones en edades formativas hasta los 12 o 13 años. La mayoría de ellas, como le paso a Feli, empezó jugando con varones porque no hay un lugar donde puedan jugar las nenas”, analiza. De hecho en la liga de Quilmes Feli era la jugadora elegida para patear los tiros libres.

Con respecto a los prejuicios sobre los roles de género señala que muchas veces la primera barrera que tienen que atravesar las nenas son las que impone la propia familia: “En Argentina nace un varón y ya tiene la camiseta de su cuadro, le regalan una pelotita chiquitita, y a la nena no. Yo también fui de los que creían que no podían jugar. Pero al verla a Feli y el amor que le tiene al fútbol me cambió, como a muchos que la conocen. A los papás que tienen miedo de llevar a sus hijas jugar les diría que no se pierdan la posibilidad de verlas jugar, divertirse y ser felices. Qué tenemos que apoyarlas en lo que aman”.

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