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MI MAMÁ ME RIMA: MADRES Y MÚSICA

El amor por la música y el hecho de elegirla como profesión puede venir, en algunos casos, de lugares misteriosos, inexplicables, azarosos; en otros, las razones están más a la vista. Rosario, Patricia, Julia, Hilda, Mavi, Marilina y María Rosa: madres que transmitieron esa pasión.

Es sabido, y es infinito, lo que aportó Rosario Bléfari como artista a la cultura argentina. Música, escritora, actriz, su temprana partida de este mundo, a sus 54 años, el 6 de julio de 2020, dejó en el aire una sensación de tristeza inconmensurable. En vísperas del Día de la Madre, vale la pena volver a una imagen inolvidable: su presencia en el escenario del Festival Argentina en Vivo II, de 2001, cantando “Río Paraná”, en pleno embarazo de su hija Nina, con su enorme panza al aire.
Pero esa codificación masculina del rock que pone a la maternidad como antítesis, quedó suspendida, contradicha, refutada, aquella noche, mientras algo diferente sucedía gracias a Rosario Bléfari, su niña en la panza, y su “Río Paraná”.

Cuando Patricia Sosa irrumpió en la escena del rock pesado a comienzos de los años 80 junto a su banda, La Torre, y ya podía vislumbrarse que su voz, su impronta, su talento, habían llegado para quedarse en la historia de la música popular argentina.

La revista Pelo le realizó una extensa entrevista en donde, entre otras cosas, le preguntaba: “¿Y qué puede pasar si un día tenés hijos?”. Casi tres décadas después, la respuesta quedó a la vista.

Patricia Sosa se convirtió en el ícono femenino del rock pesado, luego continuó su camino solista con rumbo en la canción melódica.

Julia y sus niñas

Con la voz de Julia Zenko hubiera bastado para embellecer el universo, pero hay más: las de sus dos hijas, Laura Gonzales y Elis García.

Elis recuerda su infancia jugando en los pasillos y camarines de teatros en donde Julia hacía temporadas de obras musicales; nada la hacía más feliz que estar ahí, ver a su mamá cantar, desde el costado del escenario, y que la música la envuelva, la cobije.

Todavía hoy puede sentir el perfume que flotaba en el camarín de Julia, y con la dedicación que la cantante lo adornaba, en el teatro que fuera, porque lo convertía en un hogar. Hoy es Elis García quien también adorna su camarín del Teatro Astral, y luego sale a escena con su voz maravillosa como una de las protagonistas de la obra musical “Tita, llamarada pasional”, un homenaje a Tita Merello.

La música fue siempre la casa de Julia Zenko, y de sus hijas, y eso queda en evidencia cuando comparten escenario las tres juntas, tal fue el caso de cuando hicieron el espectáculo “Juntas somos más”.

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